Cultura

Intervención de la senadora por el PRI, Beatriz Paredes Rangel, durante la Sesión Solemne en conmemoración de los 100 años del arribo a México de la maestra y poetisa chilena Gabriela Mistral.

Senado de la República, 20 de julio de 2022

Reproducir audio de la intervención de la senadora Beatriz Paredes

Muchas gracias senadora presidenta.

Distinguida senadora Olga Sánchez Cordero, presidenta de la Comisión Permanente del Senado de la República.

Distinguidos integrantes de la Comisión Permanente.

Legisladores, diputadas, diputados, senadoras, senadores.

Estimada senadora Yasna Provoste Campillay, bienvenida a México en su calidad de presidenta de la Comisión de Educación y Cultura, pero sobre todo, en su calidad de mujer chilena destacada, reconocida en América Latina.

Estimada Alejandra Frausto, Secretaria de Cultura, representante del Poder Ejecutivo en este evento, muchas gracias.

Distinguidas y distinguidos funcionarios de la Secretaría de Relaciones Exteriores.

Estimada Verónica Rocha, encargada de negocios. Al saludarla, saludo a todo el equipo de la embajada de Chile en México.

Y también me honra darle la bienvenida a la señora gobernadora de Coquimbo, Krist Naranjo, que se trasladó desde Chile para participar en este homenaje a su paisana.

Amigas y amigos.

La posibilidad de la realización de este homenaje surgió de un planteamiento de la embajada de Chile a la Comisión de Relaciones Exteriores América Latina y el Caribe, que desde luego compartimos con el presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores, y a partir de allí aprecio mucho a nuestras compañeras y compañeros legisladores su acuerdo favorable para autorizarnos empezar a gestionar la posibilidad de este conjunto de homenajes.

En un diálogo con la Secretaria de Cultura pudimos acordar la participación de los poderes en estos homenajes, siendo el Poder Legislativo a través de esta Sesión Solemne y el Poder Ejecutivo a través de actos sucesivos que se realizarán mañana y pasado mañana cómo honramos en México una jornada de homenajes.

Muchas gracias a la Mesa Directiva por su acuerdo para que se realizara esta Sesión Solemne, es muy importante.

Gabriela, bienvenida a México. Deseamos que le guste el país, la estábamos esperando. El malecón del puerto sonreía luminoso, Veracruz hecho de sol y de encaje blanqueaba en el relumbrón del mediodía, mientras las autoridades educativas las recibieron. Sí, a ella, a la maestra Gabriela Mistral. Hace muchos años ella apenas tenía 33.

100 años después la recordamos, te recordamos Gabriela en medio del año 22 del Siglo XXI, aquí en este México donde dijiste: “ha sido para la pequeña maestra chilena una honra servir por un tiempo a un gobierno extranjero. Será para mí siempre un sereno orgullo haber recibido de la mano del licenciado señor Vasconcelos, el don de una escuela en México y la ocasión de escribir para las mujeres de mi sangre en el único periodo de descanso que ha tenido mi vida”. Hasta ahí la cita.

Te honramos en este mes de julio de 2022, en esta patria nuestra que se estremece por la palabra envilecida.

Decía Carlos Fuentes sobre la lengua española castellana: esta lengua nuestra, lengua de asombros y descubrimientos recíprocos, lengua de celebración, pero también de crítica; lengua mutante que un día es la de San Juan de la Cruz y al siguiente la de Fray Gerundio de Campazas y al día que sigue lengua Félix, vuela en alas de clarín; esta lengua nuestra mil veces declarada prematuramente muerta, antes de renacer para siempre a partir de Rubén Darío.

Es una constelación de correspondencias transatlánticas, ha sido todo esto porque ha sido espejo de insuficiencias, pero también agua del deseo, lleno de triunfos y cristal de dudas, roca de la cultura, permanente, continua, en medio de borrascas que se han llevado a la deriva a tantas islas políticas, vidrio frágil.

La lengua nuestra pero ventana amplia, también es espacio de participación y de conciencia.

Quisiera aprovechar esta intervención, ya que hago una reflexión sobre la lengua, para homenajear, al homenajear a Gabriela Mistral, a la poesía.

Ahora que padecemos la etapa de la palabra iracunda, del objetivo que descalifica, de la mentira el megáfono, vuelta dogma por mil veces repetida, ahora y simplemente para no morir de desesperanza, quiero admirar a Gabriela poeta, escritora, mujer grande, reivindicar a la poesía.

Dijo Octavio Paz: “a veces la poesía es el vértigo de los cuerpos y el vértigo de la dicha y el vértigo de la muerte. El paseo con los ojos cerrados al borde del despeñadero y la verbena en los jardines submarinos. La risa que incendia los preceptos y los santos mandamientos, el descenso de las palabras paracaídas sobre los arenales de la página. La desesperación desembarca en un barco de papel y atraviesa durante 40 noches y 40 días el mar de la angustia nocturna y el pedregal de la angustia diurna.

La idolatría al yo y la (…) del yo y la disipación del yo. La degollación de los epítetos el entierro de los espejos, la recolección de los pronombres acabados de cortar en el Jardín de Epicuro y en el de Nezahualcóyotl. El solo de la flauta en la terraza de la memoria y el baile de llamas en la cueva del pensamiento.

Las migraciones de miríadas de verbos a las cigarras, semillas y manos, los sustantivos ocios y llenos de raíces plantados en las ondulaciones del lenguaje. El amor a la nuca visto y el amor a lo nunca oído, y el amor a lo nunca dicho, el amor al amor.

Sí, Gabriela, tu poesía te une a México como te une a toda América Latina a toda Iberoamérica, te entreteje con nuestros pueblos en un manto inmenso de palabras, de frases, de expresiones.

La poesía te hizo la mujer universal que eres, la primera de América Latina que recibió el Premio Nobel de Literatura, como aquí se dijo, el 10 de diciembre de 1945, después de los más lacerantes horrores de la guerra, los que dejaron heridas tumefactas en la humanidad entera, pero el mundo siguió girando y enalteció la poesía. De ahí la alta significación especial de la entrega del Nobel en 1945 a un poeta, a una poeta.

La poesía como puerto de salvación, como ariete de sensibilidad y de inteligencia, como refugio en las horas oscuras, adiós al lenguaje sórdido, a la corrupción del debate, a la aniquilación del diálogo.

Que tu alma de poeta nos inspire, que tu ejemplo de maestra nos conmueva, que seamos capaces de recuperar la nitidez de la palabra, el valor del lenguaje por la verdad y la propuesta, para que la voz unida al pensamiento germine en el canto que nos permita salir del laberinto.

Muchas gracias.

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